Instituto Alemán Puerto Montt

Johann Wolfgang von Goethe

Johann Wolfgang von Goethe: un genio más allá de la literatura

En la celebración de los 156 años de vida del Instituto Alemán de Puerto Montt recordamos la gran obra de este genio escritor y poeta. Licenciado en Derecho en la Universidad de Estrasburgo, se dedicó mucho más a la escritura y pintura.

Fue convocado por el príncipe de Weimar a residir en esa ciudad y a partir de ese momento comenzó a escribir sus obras más importantes que abarcaron desde obras poéticas hasta trabajos científicos.

Formó parte de los movimientos culturales más trascendentes de su época: el Romanticismo y el Clasicismo.

Goethe dejó una huella en la cultura alemana como pocos lo han hecho. El motor principal de su vida fue su insaciable sed de conocimientos.

Con su título bajo el brazo, Goethe regresa a su ciudad natal, Fráncfort, en 1771, donde abre un pequeño despacho de abogados. Durante este período, Goethe vuelve a descuidar su carrera jurídica y publica.


Su obra “Götz von Berlichingen” fue recibida con entusiasmo por el público y se considera uno de los primeros trabajos de la época del Sturm und Drang. En 1774, Goethe logra su consagración en Europa. En tan solo cuatro semanas, escribe la novela epistolar “Las desventuras del joven Werther”, que rápidamente catapulta el nombre de Goethe a la fama en toda Europa.

La obra final “Fausto. Una tragedia” se publicó en 1808, mientras que la segunda parte no ve la luz hasta después de la muerte de Goethe en 1832. El “Fausto” de Goethe es considerado una de las obras más grandes de la literatura universal. La búsqueda de conocimiento y felicidad, que obsesionó a Goethe durante toda su vida, es también el tema central de su “Fausto”.

Fausto busca la vida y la alegría y crea una mágica relación entre los astros, los dioses y el mundo espiritual, descubre el espíritu de la tierra que es descrito como el principio de la vida orgánica que representa a las fuerzas biológicas e inconscientes y Mefistófeles le enseña que los sentidos pueden mostrar el camino correcto hacia el conocimiento.

En su búsqueda por el principio que mantenga unido al mundo en lo más interior, Fausto encuentra a Margarita , con ella cree poder escapar de la oscuridad de su pensamiento y encontrar luz, suavidad y belleza.

Goethe es uno de los poetas y pensadores más famosos de Alemania. Fundador del Romanticismo, corriente literaria que permanece hasta la actualidad, unió a varios escritores, músicos y pintores en un gran movimiento artístico denominado “STURM UND GRAND”.

Su gran amistad con Schiller inspiró a Beethoven a colocar música a su poema Himno a la Alegría que se incluye en la Novena Sinfonía.


Desgraciadamente el personaje Fausto se enreda en actos asesinos ya que Goethe dice que el destino común de la humanidad que a todos nos toca soportar tiene que ser especialmente difícil de llevar para aquellos cuyas energías espirituales se desarrollan prematura y ampliamente. Ya crezcamos bajo la protección de padres y parientes , ya podamos contar con el apoyo de hermanos y familiares o entretenernos con nuestros amigos , ya sintamos la felicidad que nos den las personas amadas, al final el hombre depende únicamente de sí mismo.

Todas las personas de buena voluntad , a medida que aumenta su formación cultural, sienten que tienen un doble papel que desempeñar en el mundo, un papel real y otro ideal y en este sentimiento hay que buscar el fundamento de toda nobleza.

60 años demoró Goethe en escribir “Fausto”, en forma similar a Mozart en su “Flauta Mágica”, surgida alrededor de la misma época, Goethe transfiere la liberación de la confusión emocional a un mundo mítico que se subordina a las necesidades psicológicas de las personas.

Es tan importante la atemporalidad de esta gran obra que viviendo en el siglo XXI se habla del “Hombre fáustico”.

Todas las personas de buena voluntad, a medida que aumenta su formación cultural, sienten que tienen un doble papel que desempeñar en el mundo, un papel real y otro ideal, y en este sentimiento hay que buscar el fundamento de toda nobleza .

Por Consuelo Sánchez Román